En Jeremías 21: 8, se lee: “He aquí que yo pongo delante de vosotros dos caminos: el de la vida y el de la muerte”.
El hombre y la mujer pueden utilizar el contacto sexual, las delicias del amor y de los besos para convertirse en Miembros de la Fraternidad Blanca o en Miembros de la Fraternidad Negra.
Desde el amanecer de la vida existe una gran batalla entre los Poderes de la Luz y los Poderes de las Tinieblas. LA RAÍZ SECRETA DE ESA BATALLA ESTÁ EN EL SEXO.
Existe la correcta interpretación de los Misterios del Sexo: Los Miembros de la Fraternidad Blanca nunca derraman las secreciones sexuales. Los Miembros de la Fraternidad Negra siempre derraman las secreciones sexuales.
Los Miembros de la Fraternidad Blanca y los Miembros de la Fraternidad Negra viven en eterna lucha. Los primeros defienden la Doctrina de la Castidad. Los segundos odian la castidad. En el sexo está la raíz del conflicto entre la Fraternidad Blanca y la Fraternidad Negra.
La Gran Batalla se realiza en la Luz Astral. La Luz Astral es el depósito de todas las formas pasadas, presentes y futuras de la gran Naturaleza. La Luz Astral es un fuego terriblemente sexual desprendido del nimbo del Sol, y fijado en la Tierra por la fuerza de la gravedad y el peso de la atmósfera. El Sol es quien atrae y repele esa Luz encantadora y deliciosa. La Luz Astral es la Palanca de Arquímedes. El viejo sabio dijo: “Dadme un punto de apoyo y moveré el Universo”. Las secreciones sexuales tanto de la mujer como del varón, es el Astral Líquido del hombre. En esas secreciones está la Luz Astral. Las secreciones sexuales son la llave de todos los poderes y la clave de todos los imperios.
La Luz Astral tiene dos polos, uno positivo, otro negativo. La Serpiente que levantó Moisés sobre la vara en el desierto es positiva. La Serpiente bajando, es negativa. Cuando sube, es la Serpiente de bronce que sanaba a los israelitas en el desierto. Cuando baja, es la Serpiente tentadora del Edén.
Cuando sabemos adorar y besar con ternura infinita y suprema castidad, la Serpiente sube. Cuando gozamos ardientemente de la lujuria, y derramamos las secreciones sexuales, la Serpiente se precipita embriagada por la lujuria, hacia las Infra-dimensiones.
En la región de la Luz moran los seres que se adoran. En la región de las tinieblas viven los seres que derraman las secreciones sexuales. Esos seres se consumen entre el fuego de su propia lujuria.
Los poderes de la luz y de las tinieblas viven en eterna lucha, y esa lucha tiene su raíz en el sexo. Las secreciones sexuales es el campo de batalla. En esas secreciones luchan a muerte los ángeles y los demonios. El hueso medular del gran conflicto entre ángeles y demonios es el sexo. Allí está el problema. Allí está la raíz de todas las doctrinas blancas y negras.
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