jueves, 28 de agosto de 2014

ESTUDIO DEL SER HUMANO


La situación es que ciertamente el ser humano, no es realmente humano, en el sentido más completo de la palabra. Si examinamos a fondo al mal llamado ser humano, descubrimos primero que todo, su cuerpo físico, es decir, su vehículo planetario; tal vehículo tiene su asiento vital; los indostanes le llaman a esa parte vital de nuestro cuerpo, el Lingam Sarira; que es el vehículo termo-eléctrico-magnético o sección superior del cuerpo físico. Tal vehículo sirve de basamento a todos los procesos bio-químicos, fisiológicos, lumínicos, caloríficos, etc. Sin embargo, en el fondo dicho vehículo no es más que la sección superior del cuerpo físico. 

Más allá del cuerpo planetario con su fondo vital orgánico, lo único que podemos hallar dolorosamente, son los “agregados psíquicos”, que en su conjunto constituyen el Ego animal. La electrofisiología ha demostrado que a la hora de la muerte del cuerpo denso, éste va al sepulcro con su asiento vital o Lingam Sarira, y ambos se descomponen lentamente, en forma simultánea; otra cosa de nosotros que va a la fosa sepulcral es la personalidad. Nadie nace con la personalidad; ella es hija de su tiempo, nace en su tiempo, muere en su tiempo. 

No existe ningún mañana para la personalidad del muerto. Se forma tal personalidad durante los primeros siete años de la infancia y se robustece con el tiempo y la experiencia. La personalidad es energética. En el proceso de la descomposición orgánica se disuelve primero el cuerpo planetario junto con el vital. La ex-personalidad se disuelve en forma lenta; pero en los primeros días de la disolución de esa ex-personalidad, descartada por la materia visible y tangible en el mundo físico, suele acaecer ciertos fenómenos que han sido debidos y científicamente estudiados en los laboratorios de parapsicología. 

Un caso de estos es relatado por nuestro Director General, V. M. Samael Aun Weor: “He sido testigo presencial de algo insólito. Todos ustedes conocen a doña Dondita., murió uno de sus hijos, el caso sucedió hace seis meses. Sin embargo, en estos días, en forma inusitada, alguien llama por teléfono a su casa; quien llamaba era precisamente el representante de una empresa, quería referencias sobre el difunto José Luis. El señor esposo de Dondita, responde: “¿Pero cómo, si él es muerto hace seis meses?”. “Imposible” -responde el que llama- estoy hablando de la empresa tal; hace dos días se presentó él aquí a pedir trabajo, pues no tenía, me ha dado el número de su teléfono y nos dijo que usted podría darnos referencias”. “Lamentamos, –le responde- pues él es muerto hace seis meses”. “No puede ser –dice el que llama por teléfono- estoy llamando por el papel donde él me dio la referencia; no puedo creer que usted esté jugando conmigo”. “Señor, tal como se lo he dicho, él murió”. Se quedó perplejo y se admiró el que llamaba a través de la vía telefónica, subió el asombro, y entiendo que hasta el pánico”. 

Esto lo entendemos, sencillamente, porque ya los laboratorios de parapsicología han estudiado estos casos paranormales y han demostrado que durante los primeros días de la defunción y durante varios meses después, trae la ex-personalidad mucho poder como para hacerse visible y tangible. La ex-personalidad jamás es inmortal, pues al fin se disuelve. Lo que continúa, lo que no va a la fosa sepulcral es el Ego; como ya lo hemos dicho, éste es un conjunto de agregados psíquicos. Las investigaciones que ha arrojado la Electrofisiología es que los desencarnados con su montón de elementos psicológicos o “Yo” pluralizado, asumen gigantescas formas nada agradable. Cuando uno de los agregados inhumanos que constituyen el Ego, actúa en forma independiente del conjunto total, asumen figuras animalescas más o menos grandes o más o menos chicas, bajas, altas, imprecisas, abominables…” 

E-mail: acegaporg@yahoo.com



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