En Guatemala, desde la época de la Colonia, se celebra esta tradición. Algunos historiadores afirman que se inició con luminarias asociadas a las vigilias para esperar el día de la Inmaculada Concepción.
Es tradicional en la Quema del Diablo encender fogatas frente a las casas. Es costumbre limpiar previamente la casa y quemar las cosas viejas e inservibles que resulten combustibles.
Años atrás los niños juntaban paja y ramas muertas de plantas (chirivisco) recolectadas en sitios baldíos y barrancos. Esta fiesta se celebra cada vez menos, entre otras razones, por las ecológicas. Sin embargo, su simbolismo esotérico es profundo. A la luz de la Gnosis con apoyo de la Psicología Gnóstica, esta tradición se explica en la necesaria limpieza y “quema”, de los elementos indeseables de la conducta que moran en nuestra casa psicológica, nuestra propia psiquis. Simboliza la muerte del Ego o yo psicológico, que personifica a nuestros errores.
Es claro, que los estudios gnósticos no se apoya la destrucción de los bienes de la Naturaleza, pero nos limitamos a explicar el simbolismo escondido en esta tradición.
Más importante que la quema de basura física, es la limpieza de nuestro interior y la quema de nuestros defectos, el “yo” pluralizado, nuestros errores, nuestros pecados. El “Ego”, el pecado, es la tragedia más grande que nos ocurre, él es la causa de nuestros padecimientos mecánicos, de todos los errores y equivocaciones que nos llenan de sufrimiento y dolor, y a la vez llenamos de amarguras a nuestros semejantes; él es causante de los adulterios, divorcios, de la drogadicción, del alcoholismo, traiciones, de la inflación, la deflación, de las guerras…etc., etc.
El “Ego” ha sido estudiado en todas las culturas y en todas las épocas con el objetivo de poder estudiarlo y erradicarlo de nosotros para poder merecer llegar a Dios. Y éstas celebraciones nos brindan la oportunidad de reflexionar sobre eso que es la Natividad, y, entender que no es una celebración intrascendente, muy por el contrario, ella nos invita a replantear nuestra vida y hacia dónde vamos, qué es lo que en realidad queremos, ver el porqué, el motivo por el cual nos hemos apartado del Camino que nos conduce de regreso al Todopoderoso, al Padre Intimo, a nuestro Ser, nuestra única Realidad. Lo más asombroso de todo esto es que nuestra Madre Celestial que es la encargada de purificar nuestro interior la hemos olvidado!… al punto que somos todos huérfanos…
Recordemos “el hijo ingrato se extravía .sufre Y HACE SUFRIR a quien no debe SUFRIR”.
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