Para experimentar la verdad no se necesita esfuerzo alguno. La gente
está acostumbrada a esforzarse en todo y supone, equivocadamente, que es
imposible experimentar la verdad sin esfuerzo.
Podemos necesitar
esfuerzo para ganarnos el pan de cada día o para jugar un partido de
fútbol, pero es absurdo creer que sea necesario el esfuerzo para
experimentar eso que es la VERDAD.
La comprensión reemplaza al
esfuerzo cuando se trata de comprender la verdad escondida íntimamente
en el fondo secreto de cada problema.
No necesitamos esfuerzo
alguno para comprender y cada uno de los defectos que llevamos
escondidos en los distintos niveles de la mente.
No necesitamos
esfuerzo para comprender que la envidia es uno de los potentes resortes
de la máquina social. Todo el mundo envidia lo ajeno; la envidia es el
dolor por el bien ajeno. Las mujeres elegantes son envidiadas por otras
mujeres menos elegantes y esto intensifica la lucha y el dolor. Las que
no tiene y quieren tener, hasta dejan de comer para comprar ropa y
adornos de toda especie con el único propósito de “no ser menos que
nadie”.
Si comprendemos en forma íntegra que somos envidiosos
es lógico que la envidia pueda desterrarse y en su lugar aparece la
alegría resplandeciente por el bien ajeno.
Existen gentes que quieren dejar de ser codiciosas, pero codician no ser codiciosos, he ahí una forma de codicia.
Cuando comprendemos, sin esfuerzo alguno todos los movimientos de la
lujuria ésta se aniquila y nace en su lugar la inmaculada flor de la
castidad, entonces somos libres hemos comprendido esa verdad.
No es con esfuerzo alguno como vamos a adquirir las virtudes. El YO se
fortalece cuando se esfuerza por adquirir virtudes. Al YO le encanta las
condecoraciones, las medallas, títulos, honores, etc.
En la
vida práctica hacemos muchos esfuerzos inútiles cuando un nuevo problema
nos atormenta. Apelamos al esfuerzo para solucionarlos, luchamos y
sufrimos pero lo único que conseguimos es complicarnos más y más la
existencia.
Ninguna VERDAD se puede comprender por medio del esfuerzo.
Los desilusionados, los desencantados, aquellos que no pudieron
resolver un problema vital, encuentran la solución cuando su mente está
serena y tranquila.
Las extra percepciones sensoriales durante
la meditación, la iluminación, la solución de algún problema, el hallar
la verdad de algo que nos atormenta, sólo son posibles cuando no
existe ningún tipo de esfuerzo consciente o subconsciente, cuando la
mente no se esfuerza en ser más de lo que es.
Necesitamos una
mente serena como un lago tranquilo, sólo así podemos experimentar la
verdad, pero cuando la mente está tensa, está en lucha, contradicciones,
dudas, temores, conflictos, etc. entonces la experiencia de la VERDAD
se hace imposible.
No debemos confundir la VERDAD con las
opiniones. La gente opina que la VERDAD es esto o aquello; o que la
VERDAD es tal cual o cual creencia, idea o filosofía, etc.
Quien quiera experimentar la VERDAD en forma directa, práctica y real
sólo lo puede lograr en la quietud y el silencio de la mente, y ella
adviene a nosotros por medio de la meditación.
Vivenciar la
VERDAD es lo fundamental. La VERDAD no es el resultado. La VERDAD no
es el producto del esfuerzo. La VERDAD adviene a nosotros por medio de
la comprensión profunda…
Necesitamos esfuerzo para trabajar en
la GRAN OBRA del PADRE, esfuerzo para transmutar nuestras energías
creadoras, esfuerzo para vivir, luchar y recorrer el camino de la
transformación integral pero no necesitamos esfuerzos para comprender la
VERDAD.
La mente se puede dar el lujo de creer dudar, opinar, hacer conjeturas, etc… , pero eso no es experimentar la VERDAD.
La VERDAD es lo desconocido de momento en momento y no es separándonos
del mundo ni abandonando a nuestros semejantes como podemos descubrirla.
La VERDAD es radical y es o no es. Jamás puede ser a medias.
La VERDAD nada tiene que ver con el tiempo. Es absurdo suponer verdades convencionales, temporales, relativas.
Las gentes confunden los conceptos y opiniones con eso que es la VERDAD.
Los educadores deben indicar a estudiantes de Escuelas, Colegios y
Universidades el camino de la meditación interior profunda; ésta los
conduce a la quietud y el silencio de la mente, así podrán hallar la
verdad de lo que se les enseña.
Cuando la mente está en silencio adviene a nosotros la VERDAD.
Cuando adquirimos la VERDAD sobre el estudio de cualquier defecto
psicológico, nos liberamos de él, sólo falta que el poder Divino de la
Madre lo desintegre a polvareda cósmica.
Solo entonces podemos
sentirnos libres…Aliviados del peso de la esclavitud de la duda, del
temor, de la ignorancia, del pecado, del YO pluralizado…etc.
Desde la noche aterradora de los siglos, en todos los tiempos siempre hubo hombres que anhelaban la VERDAD…
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