jueves, 21 de junio de 2012

La Ciencia Transmutatoria

Sexología


La Ciencia Transmutatoria es la que nos permite convertir el “Ens Seminis” en energía creadora. En la unión del phalo y del útero se halla la clave de la Suprasexualidad, pero lo importante es que la pareja (varón – mujer) se retire del acto sexual antes que sobrevenga derrame seminal. 
         
Para que se lleve a cabo la Ciencia Transmutatoria no se debe derramar el “Ens Seminis” ni dentro del útero ni fuera de él, ni por los lados, ni en ninguna parte, hablamos así claro para que nuestros lectores nos entiendan. Esta es una Ciencia que odian los Infrasexuales, pues ellos se sienten a sí mismos, súper trascendidos. Ellos protestan  porque el Gnosticismo enseña la “Ciencia de la Regeneración”, pero en cambio no protestan contra el homosexualismo, ni contra la prostitución, ni contra el vicio de la masturbación, ni dicen que este tipo de gente está corrompida. Los Infrasexuales protestan contra la Ciencia Transmutatoria pero no contra la doctrina de la degeneración.
         
El organismo humano tiene canales para la salida del “semen”, pero también posee canales espermáticos por donde el “Ens Seminis” convertido en energía sube desde la bolsa seminal hasta el cerebro; recordemos que “la masa se transforma siempre en energía”, como ya lo probó el gran sabio Einstein, y a este proceso es lo que el Gnosticismo llama “Transmutación”.
         
En épocas antiquísimas el ser humano usaba los canales espermáticos de ascenso, y actualmente miles de sujetos afiliados a diversas Escuelas de Regeneración usan esos canales; de esta manera llegan hasta edad muy avanzada, manteniendo lúcido su entendimiento; mientras que la gran mayoría de hombres de la actual civilización a los setenta años son decrépitos.
         
Existen miles de pruebas para poner al hombre “civilizado” y  “científico” a pensar sobre este particular, por ejemplo, si un niño se accidenta, corta o se factura, sana más rápidamente que un adulto, porque el adulto desde la pubertad ya está desperdiciando sus fuerzas sexuales, además no sabe manejarlas. Gran error cometen los padres de familia cuando permiten que sus hijos derrochen la fuerza sexual en placeres y displicencias; nosotros enseñamos que esa gran fuerza sexual cumple la función  de crear… sanar…
         
El varón Suprasexual se une en la cópula con su esposa para practicar la Ciencia Transmutatoria; desdichado aquel que se une a la mujer para derramar el “Ens Seminis”;  al Suprasexual no le viene ese sentimiento de muerte que experimentan los que eyaculan su “Ens Seminis”. Quienes practican la Suprasexualidad, durante la cópula experimentan la dicha de ser completos, y conservan esa dicha eternamente. La pareja Suprasexual mediante la Ciencia Transmutatoria, retiene, acumulada para sí, paz, abundancia, sabiduría, felicidad, amor; y pone fin a las disputas en los hogares. El sexo es un poder que posee toda criatura humana;  l puede liberarnos o esclavizarnos nadie puede ser  íntegro sin la fuerza sexual.
         
La Suprasexualidad se fundamenta en las propiedades polares que como bien se sabe tiene su elemento potencial en el sexo. Todos tenemos algo de fuerzas eléctricas y magnéticas, y ejercemos al igual que un magneto, una fuerza de atracción y otra de repulsión, pero mediante la Ciencia Transmutatoria  esa fuerza magnética es especialmente poderosa,  y su acción llega muy lejos; es a través del Suprasexo, cómo las parejas se magnetizan mutuamente. Cuando los órganos sexuales de la pareja están
bien excitados, entonces pueden dar y recibir, transmitir y recoger fuerzas magnéticas vitales que van aumentando extraordinariamente en cantidad y calidad. El poder magnético es masculino y femenino a la vez; el varón necesita la electricidad sexual de su mujer, si quiere realmente salir de la monotonía de su existencia; y ella necesita, inevitablemente, de la electricidad de su marido para lograr el desarrollo de sus facultades edificantes.
         
Cuando las parejas se magnetizan mutuamente, en lo físico, en el plano exterior, esto repercute de manera maravillosa, pues los negocios progresan y la felicidad hace su nido en el hogar. La Ciencia Transmutatoria permite la Transformación de las secreciones sexuales en “Luz” que es la Conciencia y en “Fuego” que es el Amor. En lo Suprasexual, la pareja en vez de practicar el coito que llega al  orgasmo, se prodiga besos inefables, frases amorosas y delicadas caricias, manteniendo permanentemente separada la mente de la sexualidad animal, sosteniendo la más pura espiritualidad, porque el Suprasexo  es una verdadera ceremonia religiosa.
         
El magnetismo es un poder que coloca a las moléculas de las sustancias, dirigidas a un punto determinado, es decir, que normalmente en un pedazo de hierro, por ejemplo, todas las moléculas se encuentran en cualquier dirección, como una multitud indisciplinada. Pero cuando se aplica en él una fuerza imantada, todas las moléculas miran hacia una misma dirección y así, se obtiene el poder magnético sin el cual no habría radio o electricidad, o no tendríamos vías férreas, incluso, transporte aéreo. Cuando el ser humano empieza a practicar la Ciencia Transmutatoria, cuando comienza a vivir en la disciplina del Suprasexo, entonces las moléculas de su  cuerpo se dirigirán a una sola dirección, haciendo vibrar el vehículo carnal llenándolo de salud...
         
Hoy se sabe que no hay conductor más poderoso, mil veces más poderoso, y mil veces superior a los demás, que el miembro viril y  la vulva, como órganos de regeneración. Cuando la pareja practica la Ciencia  Transmutatoria, a su alrededor se esparce fuerza y éxito. Pero en el acto de magnetización divina, sublime, a que nos referimos, ambos, varón y mujer, se magnetizan recíprocamente, el uno para el otro como un instrumento de música que, al ser pulsado, lanza o arranca sonidos prodigiosos de misteriosas y dulces armonías. Las cuerdas de ese instrumento armonizan todo el cuerpo, a condición que presida este acto la pureza más absoluta, que es la que nos distingue de las bestias en ese instante supremo.
         
El varón puede y debe introducir el phalo  (pene) y mantenerlo en el sexo femenino, para que sobrevenga a ambos una sensación divina llena de gozo, que puede durar horas enteras, retirándolo en el momento en que se aproxima el espasmo, para evitar la eyaculación del “Ens Seminis”. De esta manera tendrán más ganas de acariciarse. Esto se puede repetir tantas veces cuantas se quieran sin jamás sobrevenir el cansancio, pues todo lo contrario, es la clave suprema para ser diariamente rejuvenecido, manteniendo el cuerpo sano y prolongando la vida, ya que es una fuente de salud con una constante magnetización.

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