miércoles, 22 de mayo de 2013

Nuestra vida y la ley de Recurrencia


Cada Agregado Psíquico es como una persona dentro de nosotros. No hay duda que esos agregados poseen nuestros tres cerebros el intelectual, el emocional, y el motorinstintivo-sexual; es decir, cada “Yo”, cada agregado, tiene su criterio propio, individual, tiene sus ideas, sus conceptos, sus deseos, realiza determinados actos. Lleva a cada Agregado a gozar de cierta autonomía”. “Mirada la cosa desde éste ángulo, estudiada a fondo, llegaremos a la conclusión lógica e inevitable que dentro de nuestra persona viven diferentes personas, habitan muchas personas. Lo más grave es que todos estos riñen entre sí, se pelean por la supremacía, cada cual quiere ser el Amo, el Señor”. “Es claro, mirada la cosa a la luz de ciertos razonamientos resulta espantosa e insólita.

Lo curioso del caso son precisamente los conceptos que se forjan cada uno de los señores de la cosa. El uno dice: "voy a comer, tengo hambre", entra el segundo en conflicto y dice: "al diablo con la comida, yo voy a leer el periódico", surge más allá el tercero en conflicto y en forma irrevocable dice: "que comida ni que lectura, voy a la casa de mi amigo fulano de tal". Dice así estas palabras incongruentes; todas las humanas personalidades movidas por ese resorte íntimo, abandonan pues la morada para irse por allí, por esas calles”.

“Si nos pudiéramos ver de cuerpo entero, tal como somos ante un espejo (psicológico), puedo asegurarles que quedaríamos perfectamente locos. Estamos todos llenos de horripilantes contradicciones. Esto es nefasto para todos, no tenemos verdadera existencia real”

“Al nacer todos somos hermosos porque disponemos de un porcentaje, un 3% de conciencia libre, como lo dije en mi obra titulada la “Psicología de la Autorrealización”. El 97% restante está enfrascado entre la multiplicidad del Ego. Eso que hay del elemento libre impregna el huevo fecundo, surge a la existencia reincorporándose nuevamente.

Así que el niño recién nacido posee eso precisamente, un 3% de conciencia libre, no embutida entre ningún Ego”. “El porcentaje de Esencia (o Conciencia) manifiesto en el niño es Auto-consciente.

¿Cómo vería un recién nacido a los adultos? ¿A sus padres? ¿A sus hermanos? ¿Parientes? En la misma forma que ustedes ven a un drogadicto. Pero vean ustedes, como un adulto se siente hasta con autoridad para educar al niño, creen ellos que pueden educarle”.

“El niño a su vez se siente bastante mal, víctima de tales que quieren enseñarle. Él los ve desde su propio ángulo, está despierto, percibe los agregados psíquicos de sus parientes, de los hermanos, visualiza también a sus propios agregados que entran y salen del recinto, dando vueltas a la cuna”.

“Las visiones son tan espantosas que el niño llora aterrorizado. Entonces los padres no entienden estas ocurrencias del infante. A veces acuden al médico, en el peor de los casos van en busca de un espiritista o médium de mal agüero y logran "arreglar el caso" ese es el motivo insólito en el que vive la humanidad dormida. En todo caso el pobre infante es víctima de toda esa locura de los mayores. El con paciencia, no le toca más que soportar el látigo de los verdugos; esa es la cruda realidad de los hechos”. “

“Posteriormente, cuando la humana personalidad está formada en verdad, comienzan a entrar en el cuerpo del infante todos esos agregados psíquicos inhumanos que le pertenecen”. “Entonces se notan cambios en la criatura, se vuelve molesta, celosa, iracunda, etc. etc. etc. y otras tantas cosas más. Es lamentable esto ¿verdad? Pero al fin, el que era niño se volvió adulto. Las cosas cambiaron; ya no es el niño juguetón autoconsciente de otros tiempos. Ahora es el bribón de la cantina, el negociante, el lujurioso, el hombre celoso, etc. Ahora el niño se ha vuelto adulto y lo peor del caso, es que se le ha dormido la Conciencia. Ya no es capaz de mirarse con horror a sí mismo”.

“En realidad de verdad hermanos, cada uno de los agregados psíquicos que surge en nosotros tiene determinados compromisos. Podríamos decir sin exageración que el ladrón, por ejemplo, lleva dentro de sí una cueva de ladrones; cada uno de ellos con múltiples compromisos en distintos días, horas y lugares.

El fornicario incorregible carga en su interior con él, y para colmo de los colmos tiene una casa de citas. El homicida obviamente lleva en su psiquis un club de asesinos. Bueno, cada uno de estos en el fondo lleva sus compromisos. El mercader lleva en el fondo una plaza de mercados. Mas ¿CÓMO SE TEJE Y DESTEJE NUESTRO PROPIO DESTINO?” “Muchos dijeron Gurdjieff y Ouspensky, Nicoll, etc., comentaron tales aspectos sobre la Ley de Recurrencias; pero nosotros en el terreno de la investigación hemos ido lejos, conocemos a fondo la mecánica viva de la Ley de Recurrencia, esto es muy importante” “Un sujeto X, por ejemplo, en una pasada existencia fue dijéramos, adúltero si hubiese dejado su mujer por otra dama, es claro que al renacer trae en su psiquis el “Yo” adúltero, del adulterio a la misma persona a la que en la otra vida le cometió el delito. Esto no podrá expresarse en los primeros años de la infancia pues el suceso fue a la edad de treinta años, por ejemplo; indubitablemente el “Yo” del adulterio aguardará en el fondo de la psiquis dentro del terreno de lo infrahumano, en las esferas subjetivas a que llegue la edad consabida de los famosos treinta años”. Cuando esa llegase, ese “Yo” resurgirá con gran fuerza, se apoderará del intelecto, del centro emocional, del instintivo-motor-sexual de la máquina, para ir a buscar a la dama de sus ensueños”. “Antes se habrá puesto en contacto telepático con el Ego de aquella dama. Posiblemente hasta se hubiesen dado cita en algún lugar de la ciudad, tal vez en algún parque o alguna fiesta. Es obvio que viene después el reencuentro. Pero lo interesante es ver cómo ese ego puede manejar la máquina, jalar al intelecto, mover a los centros emocional y motor y llevarse la máquina precisamente al lugar de donde tiene que encontrarse con la dama de sus ensueños. Inevitablemente, el mismo proceso se realizará en ella y la escena se repetirá otra vez tal como sucedió”.

“Supongamos que un caballero X, en una cantina, se peleó en la pasada existencia con una persona, con otro hombre por tal o cual motivo. ¿Creen ustedes que por el hecho de que el cuerpo físico deje de existir aquel “Yo” va a desaparecer? No, simplemente continuará en la dimensión desconocida. Pero al renacer el Ego al retornar al volver a tomar un nuevo cuerpo, llegará el momento en que podrá entrar en actividad, aguardará la edad en la que sucedió el hecho en la pasada existencia. Si fue a los 25 años aguardará a la consabida edad y permanecerá en el fondo de la psiquis entre tanto y cuando llegue el momento, obviamente se apoderará de la máquina para repetir la hazaña. Antes se habrá puesto en contacto telepático con el otro sujeto Z y se habrán dado cita posiblemente en otra cantina. Allí, al mirarse se reconocerán, se dirán y herirán mutuamente con la palabra y el hecho se repetirá. Vean ustedes cómo por debajo de nuestra Zona Conscientiva y de nuestra capacidad razonativa se realizarán distintos compromisos. Así es como la Ley de Recurrencia trabaja, esa es la mecánica de tal ley”.

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