sábado, 9 de febrero de 2013

“Procread y multiplicaos”




El Génesis hebraico dice: “Entonces dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, y tenga dominio sobre los peces del mar, las aves del cielo, el ganado, y en toda la tierra, y sobre todo animal que se desplaza sobre la tierra. Creó, pues, Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó. Dios los bendijo y les dijo: “SED FECUNDOS Y MULTIPLICAOS. 
         
Según el Génesis Hebraico, la primera vez que Dios se dirige a los seres humanos ES PARA EXHORTARLOS A COPULAR.  
         
Luego dice el Génesis hebraico que Dios sumió al hombre en un sueño profundo, le extrajo una costilla y formó con ella a la mujer. “Ésta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne”, exclamó el varón al ver a la nueva criatura. “Ésta se llamará varona (ISHÁ en el original hebreo) porque del varón (ISH) ha sido tomada”. Tras las palabras del primer hombre, el relato prosigue: “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se adherirá a su mujer; y vendrán los dos a ser una sola carne”. Y concluye con esta apostilla: “Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, sin avergonzarse de ello”. 
         
De esta forma la sexualidad adquiere  una  dimensión social, por decirlo así. La afirmación de que el hombre “dejará a su padre y a su madre, y se adherirá a su mujer” esboza la institución matrimonial.
         
Así pues, los dos primeros mandatos de Dios a 
la humanidad están absolutamente relacionadas con el sexo: a la unión física entre el varón y la mujer, o sea, entre el esposo y la esposa, como “una experiencia sexual entre los dos eternos principios masculino y femenino”: Una cópula sexual.  
         
Esto nos indica con claridad meridiana que el sexo no es algo detestable, ni degradante, ni asqueroso, ni pecaminoso a los ojos de Dios, puesto que es el mismísimo Dios quien invita al hombre y a la mujer a ser “una sola carne”; y como lo dice también el Génesis hebraico “pueden varón y hembra estar juntos (ambos) 
desnudos sin avergonzarse por tal acto”.  
         
Esto indica que la vida cristiana matrimonial debe basarse en una cálida y estrecha relación sexual. “Haced del coito una oración”, nos dice  San Agustín de Hipona: “Para que la pareja de gracias al Señor Dios por la grande satisfacción que se puede alcanzar con esta unión propiciada por Él; esto llevará al matrimonio a una excelente comprensión mutua y por sobre todo, que el matrimonio se eleve a una auténtica vida espiritual”.  
         
Los dos anteriores mandatos divinos mencionados, muestran que la unión sexual no es una relación de dos cuerpos que se debe tomar de manera intrascendente, sino que, antes por el contrario, debe ser una profunda y vital actividad de íntima naturaleza entre los 
esposos; por lo tanto, Dios señala según el texto bíblico, que las relaciones sexuales son tan prioritarias y de tan trascendental significado en la vida de los cónyuges, que sería un craso error tomarlas como pecado, tabú y cosas parecidas..  
         
Muchos otros pasajes de las Sagradas Escrituras ofrecen las ideas cristianas sobre la sexualidad en el matrimonio, pero los pasajes bíblicos que hemos tratado son suficientes  


para que la humanidad entienda que ha sido el mismo Dios quien ha ordenado la realización del matrimonio y la sexualidad normal dentro de su entorno.  
         
Sin embargo, existen millones de seres humanos que odian el sexo, que miran con desprecio a las personas de sexo normal, considerándolas  inferiores; pues ellos, esos “degenerados sexuales”, creen que el sexo es anti-divino y se avergüenzan de él.  
         
Quien considere al sexo como grosero, como enemigo del Espíritu, como un asunto materialista, en verdad desconoce el mandato de Dios sobre él.  
         
Todo monje, monja, sacerdote, homosexual,lesbiana, adúltero, pederasta, zoofílico, etc., etc., se siente súper-trascendidos, y hasta llega a seducir a las personas de sexo normal y las convierten en sus secuaces.  
         
Todos los tabús, restricciones, sexopatías o aberraciones sexuales, y todos los prejuicios sexuales que en la actualidad condicionan la vida de las personas de sexo normal, han sido firmemente establecidos por aquellos “degenerados sexuales” que piensan que elsexo es satánico, algo sacado del infierno.  
         
Con este pensar estos seres execrables se  sienten superiores a Dios, es decir, son verdaderos herejes, que están en contra del Sacratísimo Espíritu Santo.  
         
Los sexólogos gnósticos nos hablan de la energía sexual de manera científicareligiosa, y declaran que la energía sexual es una emanación de la Madre Divina. Y aquel que renuncia a Dios-Madre, aquel que profana al sexo y a su poderosa energía, se hundirá en el más profundo fracaso… 
         
De ninguna manera debemos sentirnos horrorizados por tratar el tema de la sexualidad, como lo hacen los puritanos...Escrito está con palabras de fuego en las Sagradas Escrituras, que el sexo es piedra de tropiezo y roca de escándalo... 
         
Resalta la evidencia de que nosotros no somos hijos de ninguna teoría, escuela o secta. En la cruda raíz de nuestra existencia sólo encontramos un hombre, una mujer y un coito...Nacimos desnudos, alguien nos cortó el cordón umbilical; lloramos y buscamos luego el pecho materno...      

¿Vestidos? ¿Escuelas? ¿Teorías? ¿Erudición? ¿Dinero? etc., etc., etc., todo eso vino después por añadidura. 
         
Creencias de todo tipo existen por doquiera,empero, la única fuerza que puede transformarnos en forma íntegra, unitotal, es aquella que nos puso en el tapete de la existencia; nos referimos a la energía creadora del primer instante, a la potencia sexual. 
         
El deleite amoroso, el disfrute erótico es por secuencia lógica, la dicha más grande... Saber copular sabiamente es indispensable cuando se anhela sinceramente un cambio psicológico definitivo. 
         
Irrefutablemente, un cambio radical en nuestra forma de pensar y sentir, implica transmutar y sublimar la libido; y esto en modo alguno, no es un delito. 
         
Transmutar la libido en energía creadora es avanzar victorioso por la vía ascendente revolucionaria de lo Suprasexual. 
         
La transmutación sexual del "Ens Seminis" en energía creadora, fue desde los antiguos tiempos, analizada en los Colegios Iniciáticos de Egipto, México, Perú, Grecia, Caldea, Roma, Fenicia, etc., etc., etc. Y esto se hace posible cuando evitamos cuidadosamente el abominable espasmo, el inmundo orgasmo de los fornicarios. 
         
Así cumplimos los mandatos divinos del Señor Jehová que encontramos esparcidos en el Antiguo Testamento, que el Nuevo Testamento confirma categóricamente a través de figuras parabólicas y enseñanzas esotéricas trascendentales… 


No hay comentarios:

Publicar un comentario