Uno de los tantísimos errores que se han cometido
por estar enfrascados en el Dogma de la Evolución, es creer con gran
convicción, que ésta tan “cacareada” civilización moderna, es la más avanzada
que ha tenido este planeta tierra; y el asunto es tan grave, que nos creemos
los sabios más grandes del Universo.
…Hoy por hoy estamos tan enamorados de la civilización moderna, que nos
maravillan sus cohetes atómicos que viajan rumbo a la Luna o a las esferas de Venus, de
Júpiter, de Saturno; nos sorprenden las investigaciones fisiológicas, el
estudio sobre las células vivas. Y hemos
llegado a la conclusión, de que la civilización actual, de que la Raza
presente, ha sido la más poderosa que ha existido en este planeta. Pero cuando
uno estudia la Antropología a la luz de la Evolución y de la Involución,
llegamos a comprender que nuestra civilización no es más que una de las tantas
que han existido; y que tras esta civilización que parece tan relumbrosa, existieron otras civilizaciones
más poderosas, y que ésta no ha sido la primera ni tampoco la última y es que
las Civilizaciones, las Razas, nacen, crecen, se desarrollan y mueren, están
sometidas y se procesan en ellas, las leyes de Evolución e Involución.
Estas dos leyes siempre se complementan
maravillosamente... A toda civilización le precede y le sigue la Barbarie. A veces
la raza utiliza la Barbarie para su propia defensa; cuando la Barbarie se viste
con los trajes de la civilización, parece que estuviese evolucionando la raza
maravillosamente, pero por mucho que
aparente progreso, evolución, siempre es
Barbarie. Verbigracia: La raza actual, tecnológicamente, ha progresado en forma increíble, tiene
aviones supersónicos, está utilizando la energía del átomo, etcétera, pero a
pesar de esto y con toda la
espectacularidad de este siglo XXI, estamos acabando radicalmente con el
Ozono de la atmósfera terrestre, contaminando los mares, destruyendo el
Plancton y acabando con la vegetación y más recursos vitales. Cuando toda
civilización se degenera, cae en la Barbarie, entonces millones de personas
convierten los mares en basureros, envenenan el aire con el humo de los
automóviles y de sus fábricas y destruyen la Tierra con sus explosiones
atómicas subterráneas y abusan de elementos perjudiciales para la corteza
terrestre, es claro que así hemos sometido al Ecosistema a una larga y
espantosa agonía, que incuestionablemente habrá de terminar con una Gran
Catástrofe. Como podemos descubrir, pensar que el tiempo significa progreso es
absurdo. La barbarie disfrazada con los trajes de la civilización, está
destruyendo el Ecosistema planetario. Dentro de cada uno de nosotros conviven,
coexisten la Civilización y la Barbarie.
Somos civilizados cuando desintegramos
radicalmente los factores infrahumanos
que producen tal desolación planetaria, cuales son: acabar con las
tierras fértiles, contaminar el agua potable, contaminar el aire, acabar con
las especies vegetales y animales, etc. Somos bárbaros cuando marchamos hacia
la destrucción total de nuestra morada planetaria.
Lo mejor de lo mejor es marchar por el camino culto, civilizado, el de la Revolución
de la Conciencia, y para ello hay que pasar por cambios psicológicos, radicales y de
fondo que nada tienen que ver con las teorías, ni con las creencias,
porque creencias de todo tipo existen
por doquiera, empero la única
fuerza que puede transformarnos en forma
íntegra, es aquella que nos hace civilizados, queremos referirnos a la
Conciencia Humana. Hay que saber despertarla y sublimarla. Esto no es un
delito.
Para vencer la barbarie hay
que darle más participación a nuestra Conciencia, para así avanzar victoriosos por la vía
ascendente transformativa de la Comprensión Creadora.
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