En el antiguo sistema de educación Náhuatl encontramos un texto donde el padre, en presencia de la madre daba a conocer a la niña a sus siete años de edad, todo lo concerniente a su cultura, y ya al final del discurso se refería al tema sexual; y la verdadera razón por la cual insisten acerca de este punto, es porque nuestros antepasados Mesoamericanos, le atribuían una gran importancia al sexo y al matrimonio, sabían bien que utilizando el sexo a su debido tiempo y a través de la Suprasexualidad, encontrarían en él, la verdadera felicidad matrimonial.
El texto al final dice en algunos apartes lo siguiente: "Sólo me queda otra cosa, con la que daré fin a mis palabras... Si por algún tiempo sigues la vida de este mundo, no entregues en vano tu cuerpo... No te entregues a cualquiera, porque si nada más así dejas de ser virgen... te pierdes, porque ya nunca irás bajo el amparo de alguien que de verdad te quiera". "Siempre te convertirás en tu miseria, en tu angustia.
Ya no podrás vivir en calma, ni en paz. Tu marido siempre tendrá sospechas de ti". "...
Si vives aquí en la tierra, que no te conozcan dos hombres. Y esto guárdalo muy bien, consérvalo todo el tiempo que vivieres . "...No te atrevas con tu marido. No pases en vano por encima de él, o como se dice, no le seas adúltera". "Si eres vista, si se sabe esto, irás a dar por los caminos, serás arrastrada por ellos, te quebrarán la cabeza con piedras, te la harán papilla.
Se dice que probarás piedra, que serás arrastrada". "Se tendrá espanto de ti. A nuestros antepasados, a los Señores a quienes debes el haber nacido, les creará mala fama, mal renombre... los harás objeto de mofa". "Ya no serás ejemplo.
De ti se dirá, de ti se hará hablilla, serás llamada: "la hundida en el polvo"; y aunque no te vea nadie, aunque no te vea tu marido, mira, te ve el Dueño del cerca y del junto". "Así pues, mi niña, mi muchachita, niñita, pequeñita, vive en calma y en paz sobre la tierra, el tiempo que aquí habrás de vivir. No infames, no seas baldón de los Señores, quienes gracias a ellos has venido a esta vida. Y en cuanto a nosotros, que por tu medio tengamos renombre, que seamos glorificados. Y tú llegues a ser feliz, mi niña, mi muchachita, pequeñita. Acerca al Señor nuestro, el Dueño del cerca y del junto" (Códice Florentino).
Como podemos apreciar en este Códice Náhuatl, toda persona, especialmente las damas, nunca deben precipitarse para elegir la pareja; deben saber siempre aguardar a que esa energía creadora (llámese Espíritu Santo, Jehová, etc.), que fluye y palpita en todo lo creado, que es inteligente, sabia, le traiga su varón ¿Acaso no fue el señor Jehová quién le escogió a Adán su esposa? (Génesis 2: 18-24).
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