martes, 16 de julio de 2013

LA RAZA ACTUAL


En el viejo Egipto de los Faraones, los Sacerdotes de Sais dijeron a Solón que la Atlántida había sido destruida 9.000 años antes de conversar con él. En un antiguo manuscrito Maya conservado en el Museo Británico puede leerse lo siguiente: 

“En el año 6 de Kan, el II Muluc, en el mes Zrc, ocurrieron terribles terremotos que continuaron sin interrupción hasta el 13 Chuen. El país de las Lomas de Barro, la tierra de MU, fue sacrificado. Después de dos conmociones, desapareció durante la noche, siendo constantemente estremecida por los fuegos subterráneos que hicieron que la tierra se hundiera y reapareciera varias veces y en diversos lugares. Al fin la superficie cedió y diez países se separaron y desaparecieron. Se hundieron 64 millones de habitantes, 8.000 años antes de escribirse este libro”. 

 El famoso Doctor Pablo Sclieman quien tuvo el alto honor de haber descubierto las ruinas de la vieja Troya, halló entre el Tesoro de Priamo un extraño jarrón de forma muy peculiar sobre el cual está grabada una frase con caracteres fenicios, que textualmente dice: 

“Del Rey Cronos de la Atlántida”. Resulta interesante saber que entre los objetos desenterrados en Tlahuanaca, Centro América, se encontraron jarrones muy semejantes a los del Tesoro de Priamo. Cuando dichos jarrones misteriosos fueron intencionalmente rotos con propósitos científicos, se encontraron entre éstos ciertas monedas en las cuales se podía leer con entera claridad una frase que decía: “Emitido en el Templo de las paredes transparentes”. El citado templo mencionado en los jarrones misteriosos, era la Tesorería Nacional Atlante. 

En los archivos del antiguo templo buddhista de Lhassa, puede leerse todavía una inscripción caldea muy antigua escrita 2.000 años antes de Cristo y que dice: 

“Cuando la estrella Bal cayó en el lugar donde ahora solo hay mar y cielo, las siete ciudades con sus puertas de oro y templos transparentes temblaron y estremecieron como las hojas de un árbol movidas por la tormenta. Y he aquí que una oleada de fuego y de humo se elevó en los palacios:
los gritos de agonía de la multitud llenaban el aire. Buscaran refugio en sus templos y ciudadelas y el Sabio MU, el Sacerdote de RA-MU, se presentó y les dijo: ¿No os predije esto? y los hombres y las mujeres, cubiertos de piedras preciosas y brillantes vestiduras, clamaron diciendo: ¡MU, sálvanos! Y MU replicó: Moriréis con vuestros esclavos y vuestras riquezas, y de vuestras cenizas surgirán nuevas naciones. Si ellas se olvidan de que deben ser superiores, no por lo que adquieren sino por lo que dan, la misma suerte les tocará. Las llamas y el humo ahogaron las palabras de Mu, y la tierra se hizo pedazos y se sumergió con sus habitantes en las profundidades en unos cuantos meses”. 

Los Sacerdotes de Sais dijeron a Solón: “Todos cuantos cuerpos celestes se mueven en sus órbitas, sufren perturbaciones que determinan con el tiempo, una destrucción periódica de las cosas terrestres por un gran fuego”. La historia del Diluvio Universal cuyas versiones se encuentran en las tradiciones de todas las razas humanas, son simples recuerdos de la gran catástrofe atlante. 

La Atlántida unía geográficamente a la América con el viejo mundo. Las antiguas civilizaciones Indo-americanas tienen origen atlante. Las religiones egipcia, incaica, maya, etc., fueron las primitivas religiones de los Atlantes. El alfabeto fenicio, padre de todos los famosos alfabetos europeos, tiene su raíz en un antiguo alfabeto atlante, que fue correctamente transmitido a los mayas por los atlantes. Todos los símbolos y jeroglíficos de los egipcios y de los mayas, provienen de la misma fuente Atlante, y así se explica su semejanza, demasiado grande, para ser resultado de la casualidad. La catástrofe que acabó con la Atlántida fue pavorosa. No cabe duda alguna que el resultado de la violación de la Ley es siempre catastrófico. 

La época de la sumersión de la Atlántida fue realmente una era de muchos cambios geológicos. Emergieron desde el seno profundo del inmenso mar otras tierras firmes que formaron nuevas islas y continentes. Algunos sobrevivientes Atlantes se refugiaron en el pequeño continente de Grabontzi, hoy África, el cual aumentó en tamaño y extensión debido a que otras áreas de tierra firme que emergieron de entre las aguas vecinas se sumaron al mismo. 

El Golfo de México antiguamente fue un hermoso valle, Las islas de las antillas, las Canarias y España, son pedazos de la sumergida Atlántida. El antiguo mar de Kolhidius situado al Noroeste del continente recién formado entonces y conocido como Ashhartk (Asia), cambió de nombre y hoy se le conoce con el nombre de mar Caspio. Las costas de éste estaban formadas por tierras que al emerger del océano se habían unido al continente del Asia.  El Asia, el mar Caspio y todo ese bloque de tierra junto, es lo que hoy en día se conoce como Cáucazo. Dicho bloque, en aquellos tiempos se llamó Frianktzanarali y más tarde Kolhidishissi, pero hoy en día como ya dijimos y lo repetimos, es el Cáucazo. Por aquellas épocas un gran río que fertilizaba toda la rica tierra de Tikliamis, desembocaba en el Mar Caspio, ese río se llamaba entonces Oksoseria, y todavía existe pero ya no desemboca en el Mar Caspio, debido a un temblor secundario que le desvió hacia la derecha. El rico caudal de aguas de ese río se precipitó violentamente por la zona más deprimida del continente asiático, dando origen al pequeño mar de Aral; Pero el antiquísimo lecho de ese viejo río llamado ahora Amu Darya, todavía puede verse como sagrado testimonio del curso de los siglos. La Atlántida pasó por terribles y espantosas catástrofes antes de desaparecer totalmente. 

La primera catástrofe se sucedió hace 800.000 años poco más o menos; la segunda catástrofe se sucedió hace unos 200.000 años; la tercera catástrofe acaeció hace unos 11.000 años y de la cual como de su diluvio, guardan más o menos confuso recuerdo todos los pueblos. 

Después de la tercera gran catástrofe que acabó con la Atlántida, el antiguo país de Tikliamis con su formidable capital situada en las riberas del ya citado río que desembocaba en el Mar Caspio y que más tarde dio origen al Mar de Aral, fue cubierto con todos sus pueblos y aldeas por las arenas, y ahora es sólo un desierto. 

Fueron atlantes los que construyeron las pirámides de los egipcios y de los aztecas, quienes fundaron la civilización incaica, quienes establecieron los Misterios de la India, China, Egipto, Yucatán, etc. Desapareció la Raza Atlante tragada por el océano, dicha raza tuvo siete sub-razas, la última de ellas, la séptima, corresponde a los sobrevivientes de la gran tragedia. 

La semilla de la raza actual, que se conoce con el nombre de Raza Aria es Nórdica, pero al mezclarse con los sobrevivientes Atlantes dio origen a las sub-razas del tronco Ario. 

Es realmente imposible negar que estemos en instantes de Crisis Mundial; nunca antes en la historia de nuestra Raza Aria, hubo un momento más terrible. Por doquiera se escuchan ayees y lamentos; por todas partes paredones de fusilamiento; infelices que agotan los últimos instantes de su vida, en trabajos forzados, recordando con suprema angustia a sus seres queridos; viudas que se mueren de hambre con sus hijos, etc. La tierra toda está llena de ejércitos y por todas partes guerras y rumores de guerras. Es espantoso el caos actual, y los tiranos sentados en sus tronos de blasfemia, inútilmente intentan establecer un Nuevo Orden a base de sangre y aguardiente. Paris como una Gran Ramera, continúa revolcándose inmunda en su lecho de placeres; Londres se ha convertido en una nueva Sodoma; Estados Unidos de Norte América ha caído en la locura colectiva, no sólo destruye a otros pueblos sino también a sí mismo se destruye; China, la Venerable China de Confucio y de Lao-Tsé, ha caído como una prostituta en brazos del Marxismo-Leninismo, ha importado una doctrina corrompida del Mundo Occidental y sin embargo, se declara “dizque” enemiga del Occidente. 

La Tercera Guerra Mundial es inevitable, aquellos que planearon y realizaron la Primera y la Segunda 
Guerra Mundial, ya están trabajando muy activamente para dar forma y realidad a la Tercera 
Gran Guerra, que será millones de veces más horrible que las dos Grandes Guerras precedentes. 

 Todo sentido de piedad ha desaparecido, ahora hasta se considera un lujo tener corazón de piedra, corazón de pedernal; en muchas escuelas y colegios se les enseña a los alumnos que la caridad es una debilidad y que jamás se deben dar limosnas; así los alumnos se tornan perversos y crueles desde los mismos bancos de la escuela. 

Después de la Segunda Guerra Mundial cayó sobre la humanidad entera, la epidemia moral de los así llamados “Rebeldes Sin Causa”; estos muchachitos de la “Nueva Ola”, sin Dios y sin Ley, andan en pandillas por doquiera, matan, hieren, violan, se emborrachan, etc., y ningún gobierno logra controlarlos. Lo más grave de los así llamados “Rebeldes Sin Causa” es su estado de absoluta irresponsabilidad moral; cuando se les conduce ante los tribunales, nunca saben por qué mataron, por qué hirieron, y lo peor de todo es que ni siquiera les interesa saber. 

El mundo artístico sublime, ha llegado al máximun de la degeneración; el templo del arte ha sido convertido en un burdel, en un prostíbulo donde buscan refugio, los homosexuales, drogómanos, alcohólicos, meretrices, asesinos, ladrones, etc. 

Es tan grave la corrupción humana, que ya se ha hecho del homicidio un arte, y para colmo de los colmos, actualmente existen clubes de asesinos y abundante literatura sobre el arte del asesinato. 

Todas las ramas del arte actual acusan lujuria, alcoholismo, drogas, homosexualismo, sangre... horror... Los autores clásicos son mirados por estos tiempos con el mismo infinito desprecio; tocar a Beethoven o a Mozart en cualquier fiesta moderna, significa retirada general de todos los invitados. Los Cuatro Payasos Blasfemos de la música degenerada de Inglaterra fueron condecorados por la Reina del Imperio y las multitudes imbéciles besan hasta el suelo que ellos pisaron. Por todas partes abundan los asesinatos, robos, infanticidios, matricidios, parricidios, uxoricidios, atracos, violaciones, genocidios, prostitución, odios, venganzas, hechicerías, mercaderes de almas y mercaderes de cuerpos, codicia, violencia, envidia, orgullo, soberbia, glotonería, calumnias, etc. 

Realmente, la raza Aria es una fruta podrida, una fruta que caerá del Árbol de la Vida bajo el peso de su propia podredumbre.  Nunca en la historia de los siglos hubo perversidad más grande que la de esta Raza Aria caduca y degenerada, y para colmo de males ahora ha levantado la Torre de Babel con el propósito de conquistar el espacio infinito. Si Aquello que es lo Divinal no interviniera en eso de la conquista del espacio, antes de poco las hordas terrícolas asaltarían a Marte, Venus, Mercurio, etc. y entonces se repetirían en esos mundos habitados todos los crímenes de un Hernán Cortes en México o de un Pizarro en el Perú. Si Eso que no tiene nombre, si Eso que es lo Real, lo Divinal, no interviniera ahora, se convertiría en cómplice del delito. La nueva catástrofe que acabará con la Raza Aria, es totalmente justa y absolutamente indispensable.

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