domingo, 4 de agosto de 2013

El sexo es la piedra básica sobre la cual todo auténtico cristiano edifica el templo para el Señor


LA PIEDRA QUE DESECHARON LOS EDIFICADORES (FUNDADORES DE SECTAS RELIGIOSAS), ESTA FUE HECHA POR CABEZA DE ESQUINA: POR EL SEÑOR ES HECHO ESTO Y ES COSA MARAVILLOSA...” (PRECISAMENTE ESTA PIEDRA ES DESECHADA POR LOS INFRASEXUALES QUE PRESUMEN DE PERFECTOS. ES REALMENTE COSA MARAVILLOSA QUE ESTA PIEDRA, CONSIDERADA COMO TABÚ, PECADO, O SENCILLAMENTE, COMO INSTRUMENTO DE PLACER, SEA PUESTA POR “CABEZA DE ESQUINA DEL TEMPLO”). “POR TANTO OS DIGO QUE EL REINO DE DIOS SERÁ QUITADO DE VOSOTROS, Y SERÁ DADO A GENTE QUE HAGA LOS FRUTOS DE ÉL. Y EL QUE CAYERE SOBRE ESTA PIEDRA, SERÁ QUEBRANTADO; Y SOBRE QUIEN ELLA CAYERE, LO DESMENUZARÁ “(Mateo 21: 42-45). 

El sexo es la piedra fundamental de la familia, porque sin éste no existiera la familia. El sexo es la Piedra fundamental del hombre porque sin éste el hombre no vendría a la existencia. El sexo es la Piedra fundamental del Universo, porque sin éste el Universo no existiría. 

La Energía Sexual tiene tres modos de 
expresión: 
1. La Reproducción de la especie. 
2. Evolución de la raza humana. 
3. Desarrollo Espiritual. 

Todo el Drama de la vida, Pasión y Muerte de Jesús, es tan antiguo como el Mundo. Este Drama viene de las antiguas religiones arcaicas y se reconoce en todos los rincones del mundo. Este Drama es aplicable a Jesús y en general a todos aquellos que recorren la Senda del Matrimonio Perfecto. Este Drama no es la vida personal de un solo hombre. Este Drama es la vida esotérica de todos los que recorren el Camino hacia el Padre que está en secreto. Lo mismo se puede aplicar este Drama a Jesús que a cualquier otro Iniciado Cristificado. Realmente el drama de la Vida, Pasión y Muerte y Resurrección de Jesús, es un Drama Cósmico que existe desde mucho antes de la existencia del mundo. 

Los cuatro evangelios sólo se pueden conocer con la clave del Matrimonio Perfecto; éstos sólo se escribieron para servir de guía a los pocos que recorren la Senda del Padre Bienamado; nunca fueron escritos para las multitudes. El Trabajo de adaptar el Drama Cósmico a la Nueva Edad, fue maravilloso. En este Trabajo intervinieron grupos secretos de Iniciados; éstos hicieron una obra espléndida. Cuando las gentes profanas estudian los Evangelios, los interpretan equivocadamente, y esto ha sido algo gravísimo para la humanidad... 

“ El Hierofante Jesús, vivió realmente todo el Drama de la Pasión así como está escrito. Nosotros auncuando somos realmente unos míseros gusanos de la Tierra, necesitamos también vivir el Drama de la Pasión. ¿Y cómo podemos iniciarnos en este Drama Cósmico? De esta manera: En vez del coito que llega al orgasmo, la pareja debe prodigarse dulces caricias, frases amorosas y delicados tacteos, manteniendo constantemente apartada la mente de la infrasexualidad, porque este acto es una verdadera ceremonia religiosa. Sin embargo, puede y debe el hombre introducir el pene y mantenerlo en el sexo femenino, para que sobrevenga a ambos una sensación divina, llena de gozo que puede durar horas enteras, retirándolo en el momento en que se aproxima el espasmo, para evitar la eyaculación del semen. De esta manera tendrá la pareja cada vez más ganas de acariciarse. Esto se puede repetir diariamente sin jamás sobrevenir el cansancio, pues todo lo contrario, es la clave mágica para ser diariamente rejuvenecido, manteniendo el cuerpo sano y prolongando la vida, ya que es una fuente de salud, y por sobre todo se cumple con la Ley Divina: No Fornicar.  La emisión o eyaculación del Ens Seminis en la unión erótica–amorosa del matrimonio cristiano Gnóstico está excluida radicalmente, pues está condenada por Dios en la Biblia: “Cuando el hombre tuviese emisión de Semen, lavará en aguas todo su cuerpo y será inmundo hasta la noche. Y cuando un hombre yaciere con una mujer y tuviese emisión de semen ambos se lavarán con aguas, y serán inmundos hasta la noche” (Levítico 15: 16- 18). 

Entiéndase de una vez y para siempre, que la Fornicación es tal como la define el Levítico 15, “Emisión de semen”; en o fuera del matrimonio, pues allí no se dice “a excepción de los casados, o de los solteros, o de los jóvenes o de los viejos”; luego es una Ley para todos. 

Ahora, ¿hay diferencia entre fornicar y adulterar? ¡Claro que sí, y mucha! Desgraciadamente hay ignorancia académica en estos dos términos. Según la Real Academia Española fornicar y adulterar son sinónimos y entonces según ésto habrá que corregir el “Decálogo de Moisés”, y poner nueve mandamientos, en vez de diez, ya que el sexto (No fornicar) y el noveno (No adulterar) son, según la Real Academia, la misma cosa. Pero Pablo de Tarso distinguió bien estos dos términos cuando dijo: “...pero a los fornicarios y a los adúlteros juzgará Dios”.  A menos que se trate a Pablo de Tarso de ignorante, entonces perdería la Biblia la vigencia de ser una obra de Inspiración Divina; y la Biblia sí hace la diferenciación cuando dice: “...a los fornicarios y a los adúlteros”. 

Por eso amable lector, no se extrañe, que el Anticristo haga deliberadamente la confusión de estas dos palabras, pues con ésto ataca directamente a la Gnosis del Cristo, propagando la fornicación (el motivo de que el hombre gane el pande cada día con el sudor de su frente). Con el Anticristo están las sectas que desconocen los Misterios Sexuales Bíblicos que divulga la Gnosis, y que por eso la han llamado “doctrina diabólica”. Interesante es que los que defienden la fornicación o emisión seminal, condenada por la Biblia en el Antiguo Testamento, ataquen, persigan y difamen tanto a la Sagrada Gnosis del Cristo. 

Es necesario querido lector, que no te dejes confundir, porque entonces: ¿estás con las Enseñanzas Bíblicas o con las definiciones de la Real Academia? ¿Estás con el Anticristo que defiende la fornicación o con el Cristo, los Apóstoles, Profetas, Avataras, Reyes Divinos, que la condenan? 

Recuerda que los fornicarios secuaces del Anticristo son muy astutos, te hablan de amor, de paz, de abundancia, del Cristo y de tu Salvación, pero sublimemente te aconsejan la fornicación (la causa de que las mujeres paran a sus hijos con dolor). Reta a cualquier Sacerdote, Pastor, Instructor, Misionero, de las casi cinco mil sectas religiosas, para que te señalen un solo versículo bíblico donde aconsejen eyacular el semen; pero sí 
encontrarás versículos donde es un delito eyacular el Ens Seminis. Por ejemplo, "No entrará en la congregación de Jehová el que tenga magullados los testículos, o amputado su miembro viril". (Deuteronomio 23: 1). 

“El Evangelio Gnóstico de Felipe”, encontrado en Nag Hammadi, se fundamenta exclusivamente en el "Sacramento de la Cámara Nupcial", en las bodas, ésto es, en la unión sexual legítima entre hombre y mujer en el "Matrimonio y lecho sin mancilla". El Matrimonio de hombre y mujer es la Piedra base del cristianismo primitivo, y en esta Ley Divina no sólo entra todo aquel que anhela ser cristiano auténtico, sino todo el que quiere entrar a Sacerdote, Obispo, Diácono. Por eso es que las Sagradas Escrituras Bíblicas condenan la prohibición del Matrimonio de estos últimos así: 

"Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios, por la hipocresía, de mentirosos que, teniendo cauterizada la Conciencia, prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad" (1Timoteo, 4: 1-3). 

Obsérvese que a estos versículos se refieren a "Doctrinas" que prohibirán el matrimonio "en los postreros tiempos", y como quiera que éstos han llegado y en ellos estamos, la iglesia que prohíbe el Matrimonio y que por lo tanto es contemporánea con nosotros, está apostatando de la fe. Por eso se ha dicho: 

"Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no  avaro; que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad..." (1 Timoteo 3: 1-5).  

En "El Apócrifo Griego del Retorno al Pleroma" valiosísimo documento cristiano, publicado en 1979 por la "Volumnia Editrice, Perugia, Italia", dice: "Cap. V - 1. Por eso el Eón Krestos, (emanación del Padre) el Baruc Jesús, el Divino Maestro de Amor, completó las enseñanzas de Hermes, aquellas de Pitágoras y aquellas de Moisés, y amplió la Gnosis, admitiendo en ella a todos los hombres". 

"Cap. V - 24. Y enseñó que el hombre habiéndose 
separado en dos, el macho y la hembra, está lleno de tinieblas, mas cuando haga de sí una sola cosa, estará lleno de luz". 

"Cap. V - 25. Si los dos fuesen uno, él se transformaría en el Hijo del Hombre, y entonces dirá: ¡Montaña, muévete! y la montaña se moverá". "Cap. V - 26. En aquel tiempo Jesús, el Baruc, el Eón Salvador dijo además: Cuando hicieréis que los dos sean uno, e hicieréis lo exterior como lo interior, y aquello que está arriba como aquello que está abajo, y hicieréis el macho y la hembra en uno solo, en modo que el macho no sea más sólo macho y la hembra no sólo hembra, entonces volverá, a entrar en el Pleroma". 

"Cap. VI – 1. Y, además, el Eón Salvador enseñó que la obra material de la carne con la cual los ignorantes siembran hijos para los Arcontes, puede ser sacralizada en Santa "Hieramia" (de Hierático: Sagrado; y Gamia, casarse, esposa) y servir sapientemente al ascenso por las siete esferas según la Gnosis, reconstruyendo el originario Andrógino perdido del Adán Kadmon con el descenso al mundo "Hílico" (Materia y forma). 

"Cap. VI - 2. Regresando Eva en Adán, cesará para siempre la muerte que ellos merecieron para sí y para su progenie desde el momento de la separación". 

Los párrafos anteriores demuestran e ilustran claramente para qué es el verdadero matrimonio.  La Antropología Gnóstica ha demostrado que en un principio, el ser humano era andrógino, era macho y hembra a la vez, y podía por sí mismo crear y multiplicarse por medio del Verbo. Este andrógino tiene documentación en el Génesis, cuando dice: “creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó: Macho y hembra los creó". Esto sucedió en "...la tarde y la mañana del día sexto". Todavía no había aparecido Eva. Ella apareció después del séptimo día. Con lo cual se entiende que, el hombre macho y hembra creado en el sexto día, fue creado antes de la aparición de Eva. En fin, el término "los creó" explica claramente que se trataba no de un sujeto andrógino, sino más bien, de un conjunto de seres humanos con esta particularidad. 

La formación de Eva, es la ilustración de la “división de los sexos”. Con el correr de los tiempos fueron apareciendo individuos con características más masculinas que femeninas y viceversa, hasta que quedaron ambos sexos separados totalmente, el varón por un lado y la hembra por otro. Entonces se necesitó la unión de las "dos mitades" para hacer de ambas "una sola cosa", "una sola carne". 

No obstante, en esta unión erótica-amorosa no se eyacula el Ens Seminis, sino que el semen se sublima, se transmuta en energía creadora, con la intervención del Fuego de la fuerza erótica. De esta manera, el semen (cuya propiedad es la de crear) así transmutado, crea y multiplica el reino interior de la pareja edénica. Las dos polaridades masculinofemenino se conectan para crear la luz interior de la pareja edénica y dar origen al Hijo del Hombre. 

Derramar el licor seminal y embriagarse con el placer bestial que produce el orgasmo, está "prohibido" ya que ésto sería una descarga que 
produciría un cortocircuito en el universo psicológico de la pareja y la sumiría en tinieblas, rebajándola a la condición de simples mortales. Esto se alegorizó sabiamente con la "fruta prohibida" del "Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal". 

Así que cuando el varón y la mujer se unen sexualmente pasan a formar "una sola carne" en las delicias del "Tálamo Nupcial", "haciendo del coito una forma de oración", como decía San Agustín. 

En su obra, "El pecado original", Cap. 35, San Agustín dice: "No se perdería la incolumidad, la virginidad del alma, por la violación del perturbador deseo, sino que más bien obedecería el libido al Imperium tranquillisimae caritates; sin dolor y sin sangre consumaría la virginidad desposada el acto sexual; como tampoco la parturienta sentiría dolor alguno". 

En su otra obra, "La Ciudad de Dios" 14, 21, San Agustín de Hipona afirma la posibilidad del sometimiento del sexo y de los órganos reproductores a la voluntad, en este acto sagrado, así: “¿Por qué no hemos de creer que los humanos pudieran antes de la caída en pecado, dominar los órganos sexuales lo mismo que los restantes miembros del cuerpo, a las cuales sirve el alma a través del deseo sin molestia, ni excitación?". 

El abominable espasmo sexual es ciertamente todo un corto circuito que viene a descargar al varón espantosamente; por ello debe evitarlo siempre. Si la pareja, El y Ella, realizan el coito evitando a toda costa el derrame seminal, entonces este origina conmociones nerviosas trascendentes y extraordinarias vibraciones en ella. Es incuestionable que tales alteraciones íntimas influyen secretamente sobre las relaciones electro-químicas en las últimas unidades vitales de nuestro organismo para transformar su estructura. 

La mejor fuente de energía para regenerar al hombre es indubitablemente la energía sexual; pero esta tiene su comienzo potencial en el laboratorio gonádico. Como usted, fino lector, va viendo, lo que buscamos es convertimos en algo diferente, en algo distinto. Nosotros buscamos que las diversas substancias químicas se combinen dentro del organismo para originar los diversos funcionalismos bio-mecánicos o fisiológicos. 

Así como dentro del organismo existen tantos fenómenos catalíticos y metabólicos, por ejemplo, el azúcar puede transformarse en alcohol, no hay duda que también dentro, en el mismo organismo existen diversas permutaciones alquímicas, las cuales a través de incesantes combinaciones vienen a convertimos en Hombres auténticos, inefables. Claramente la Suprasexualidad, es el fundamento vivo de la Gran Obra, de la Salvación o Liberación Final del ser humano. 

Todo lo que somos, no es sino el resultado exacto de las diferentes modificaciones de la energía del sexo. No hay cosa alguna en nuestra vida que no se relacione con la energía del sexo. Sin embargo, los ignorantes ilustrados que abundan como la mala yerba, tratan de embotellar el sexo entre su fanatismo religioso, de recluirlo en la cárcel de su penitencia, de amordazarlo y esterilizarlo, para prohibirle toda manifestación creadora; y así, se convierte en un esclavo de sus propias pasiones, en un esclavo del sexo, incapaz de pensar en otra cosa que no sea el sexo. 

Mediante la cópula química entre varón-hembra realizada a través de la Suprasexualidad, la energía sexual sufre alteraciones notables. Es incuestionable que tales alteraciones influyen secretamente sobre los estados anímicos de la Conciencia; por lo tanto, como secuencia o corolario, cambios psicológicos de fondo pueden surgir en las honduras de nuestra Conciencia si sabemos aprovechar inteligentemente la oportunidad que tenemos en la práctica de la Suprasexualidad. Perdemos tal oportunidad de maravillas, cuando sólo nos proponemos gratificar nuestros sentidos. 

En la Suprasexualidad está el secreto de la felicidad del Espíritu de cada uno de nosotros, que consiste en la relación de Él consigo mismo. El goce sexual procede de la relación del Espíritu consigo mismo. El goce sexual es pues un derecho legítimo del hombre porque deviene de esa relación. Con otras palabras enfatizaremos la realidad trascendental diciendo: El goce sexual es terriblemente espiritual. Luego entonces, podemos deducir que el sexo impregna cada uno de los actos de nuestra vida cotidiana e interior. Así podemos observar científicamente, que en el sexo encontramos el orden biológico, el programa genético, alrededor de él se proyecta y gira la cultura. Toda religión tiene su origen sexual, en toda religión encontramos la simbiosis entre lo erótico y lo místico. La base fundamental de toda la sociedad es el sexo; la familia existe por el sexo y cada uno de nosotros es el resultado de un coito… ¿Qué acto de nuestra vida no está influenciado por él? 

La ascética medieval, afortunadamente fenecida, rechazaba el sexo dándole el calificativo de tabú o pecado. Hoy, la nueva doctrina que trata de la perfección espiritual se fundamenta en el sexo. De la mezcla inteligente del ansia sexual con el anhelo espiritual, surge la nueva ascética moderna. 

La Doctrina Cristiana descansa sobre el sencillo aunque profundo cimiento: 

“Dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer.” (Génesis, 2: 24). Creando en esta forma la unión que nosotros denominamos hoy, MATRIMONIO. Y continúa el Génesis diciendo: “Y los dos serán una sola carne. Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, sin avergonzarse de ello”. (Génesis, 2: 25). 

La parte esencial de este versículo la tenemos en la frase “Los dos serán una sola carne”. Esta frase se refiere exclusivamente a una unión física del esposo y la esposa y esto implica, estando ambos desnudos, una experiencia sexual definida, llamada cópula o coito. Estos versículos indican claramente que el sexo es una profunda experiencia personal que no es detestable ni degradante a los ojos de la divinidad, puesto que Jehová mismo invita al varón y a la mujer a ser “una sola carne”. 

 Además, pueden varón y mujer estar juntos, ambos  desnudos, sin avergonzarse por ello como claramente lo expresa el versículo anterior del Génesis. Por lo tanto, el sexo no es ni debe ser vergonzoso, si lo vemos como Dios manda. En el pasado, y aún en la actualidad, muchos   grupos dentro de la corriente histórica de la cristiandad han evadido el concepto de que Dios apruebe la sexualidad para gozo del marido y de la mujer. Esta actitud no descansa ciertamente sobre las ideas netamente cristianas sino, consideramos, sobre las aprehensiones inconscientes de quienes defienden el celibato, haciendo con ello más evidentes sus pasiones y temores. 

El goce mutuo de las relaciones sexuales en el matrimonio no es un delito, ni se encuentra en contra del concepto cristiano de una vida espiritual devota, ni está contra los mandamientos de Dios como claramente está aseverado en esta Carta de Pablo de Tarso: “Mas para evitar la fornicación tenga cada uno su mujer y cada una tenga su marido. El marido otorgue lo que es debido a la mujer, e igualmente la mujer al marido; la mujer no es dueña de su propio cuerpo: es el marido; e igualmente el marido no es dueño de su propio cuerpo: es la mujer. No os defraudéis uno al otro, a no ser de común acuerdo por algún tiempo, para daros a la oración, y de nuevo volved a lo mismo a fin de que no os tiente Satanás de incontinencia” (1 Corintios: 7, 2-5). 

Estos versículos de la Carta de Pablo fijan claramente verdades básicas sobre la importancia de la relación sexual dentro de la vida matrimonial; son unos versículos que aniquilan toda creencia de que el sexo es algo mundano que atenta contra la espiritualidad, por el contrario, se nos señala aquí, que dado el carácter vigoroso del impulso sexual, cada varón y cada mujer deben tener su propio cónyuge para gozar de sus respectivas uniones sexuales; y además, tanto el varón como la mujer, tienen definidas e iguales necesidades sexuales que deben ser satisfechas en el Matrimonio. 

La Biblia, un libro antiguo, nos enseña algo, que sólo hasta ahora acaba de descubrir la ciencia del hombre “supercivilizado”: que la sexualidad no es prorroga del varón, y que la esposa pasiva y calladamente debe someterse a él, como se pensaba hasta no hace mucho, sino que, por el contrario, la mujer tiene una marcada necesidad de tener el gozo sexual en el Matrimonio que la colme en todas sus esferas psicológicas. 

Es obvio que ésto lo logra el Matrimonio Cristiano, porque cumple con la Ley del Señor Jehová entregada en el Levítico 15, de no tener emisión seminal, que se logra con la clave: “Conexión Phalo-Útero sin eyacular el Ens Seminis”.  La eyaculación seminal mata el amor. ¡Qué distinto sería todo, si cumpliéramos con ese mandato divino de “No Fornicar”! Entonces el coito sería el himno de alabanza más magnífico y sagrado; Comprenderíamos que el Amor es el “Fiat Lux” del libro de Moisés, el mandato divino, la Ley para todos los continentes, mares, mundos y espacios; toda la humanidad llegaría a comprender que en el fondo la unión física del varón y la mujer, es un acto sobrenatural, una voluptuosidad paradisíaca.  Desgraciadamente las parejas gozan ardientemente de la lujuria, prodigándose caricias desenfrenadas que conducen al orgasmo y al derramamiento del Ens Seminis, abriéndose para la pareja todas las posibilidades para el divorcio. 

Claro, que llevar los sexos a íntima unión no lo es todo, se necesita el cumplimiento del código del 
Amor, algo más difícil de lo que la gente se imagina. Hay que empezar por experimentar los goces preparatorios para avivar el deseo de la mujer de la misma forma que se aviva una hoguera, para que su Yoni u órgano genital se torne más blando, elástico e idóneo, al acto amoroso. 

Si la pareja cumple con eso código de Amor, jamás se introducirá en su matrimonio ningún tipo de enfrenamiento, hastío o saciedad en sus relaciones, efectuando la cópula con recogimiento y entrega total. Si la pareja aprende a mezclar el ansia sexual con el anhelo espiritual, surgiría en ellos la verdadera bienaventuranza, entonces sería para la pareja algo repugnante e indeseable el divorcio, porque jamás querrá romper el eterno idilio delicioso que constituye la Suprasexualidad o el amor dentro del cumplimiento de la Gran Ley. . . 
 Los Misterios Gnósticos están fundamentados en la unión inmaculada y pura del varón y la mujer en la Cámara Nupcial. Esta unión, desprovista de pensamientos mundanos y pasionarios, desprovista de la unión meramente animal, desprovista de la eyaculación de la entidad del semen, lleva a la pareja de enamorados al éxtasis inefable que le permite conectarse con las partes más elevadas del Ser y conquistar más adelante el Reino de los Cielos. La clave de la Gnosis, entre las cuales está 

"El Misterio de la Cámara Nupcial" fue por vez primera develada públicamente por el Gnosticismo 
Universal, a través del V. M. SAMAEL AUN WEOR, Presidente fundador de todas las Instituciones Gnósticas, desde el año de 1950, en más de ochenta obras escritas y traducidas ya a varios idiomas.

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