La magia es, según Novalis, el arte de influir conscientemente sobre el mundo
interior. Escrito está con carbones encendidos en el libro extraordinario de la
vida, que el amor ardiente entre varón y hembra obra mágicamente.
Hermes Trismegisto, el tres veces grande dios Ibis de Toth, dijo en su Tabla de
Esmeralda: "Te doy amor, en el cual está contenido todo el súmmum de la
sabiduría".
Todos tenemos algo de fuerzas eléctricas y magnéticas en nosotros y ejercemos,
al igual que un magneto, una fuerza de atracción y repulsión. Entre los amantes
es especialmente poderosa esa fuerza magnética y su acción llega muy lejos.
La magia sexual (Sahaja Maithuna) entre marido y mujer, se fundamenta en las
propiedades polares que ciertamente tienen su elemento potencial en el sexo. No
son hormonas o vitaminas de patente lo que se necesita para la vida, sino
auténticos sentimientos del tú y yo, y por ende, el intercambio de las más
selectas facultades afectivas, eróticas, entre el hombre y la mujer.
La ascética medieval de la fenecida edad de Piscis, rechazaba el sexo
calificándolo como tabú o pecado. La nueva ascética revolucionaria de Acuario
se fundamenta en el sexo; es claro que en los misterios del lingam-yoni se
halla la clave de todo poder. De la mezcla inteligente del ansia sexual con el
entusiasmo espiritual, surge como por encanto la conciencia mágica.
Un sabio autor dijo: "La magia sexual conduce a la unidad del alma y la
sensualidad, o sea la sexualidad vivificada: lo sexual pierde el carácter de lo
sospechoso y menospreciado, que sólo se acata secretamente y con cierta
declarada vergüenza; por el contrario, es puesto al servicio de un maravilloso
gozo de vivir, penetrado por él y alzado a componente de la afirmación de la
existencia, que asegura felizmente el equilibrio de la personalidad
libre".
Necesitamos con urgencia evadirnos de la sombría corriente cotidiana del
acoplamiento vulgar común y corriente y entrar en la esfera luminosa del
equilibrio magnético del "redescubrimiento en el otro" de "hallar
en ti la senda del filo de la navaja", "el camino secreto que conduce
a la liberación final".
"Sólo cuando conocemos y empleamos las leyes del magnetismo entre los
cuerpos y las almas, no serán ya más imágenes fugaces y sin sentido, nieblas
que se desvanecen en la luz, todas las palabras sobre amor, sexo y
sexualidad".
Es ostensible la tremenda dificultad que presenta el estudio de la magia
sexual. No resulta nada fácil querer mostrar como "aprendible y visible";
la sexo yoga, el Maithuna, con su gobierno de las más delicadas corrientes de
nervios y las múltiples influencias subconscientes, infraconscientes e
inconscientes sobre el ánimo.
Hablemos claro y sin ambages; este tema sobre sexo-yoga es cuestión de
experimentación íntima directa, algo demasiado personal.
Renunciar a la concupiscencia animal en aras de la espiritualidad es
fundamental en la magia sexual, si es que en verdad queremos encontrar el hilo
de Ariadna del ascenso, el áureo bramante que ha de conducirnos de las
tinieblas a la luz, de la muerte a la inmortalidad. (...)
Cierto sabio dijo enfáticamente lo siguiente: "Obra la magia sexual
transfigurando corporalmente y procura una acentuación ideal a lo sexual en el
alma. Por eso son capaces de magia sexual sólo los seres que tratan de superar
el dilema dualista entre el mundo anímico y el de los sentidos, quienes dotados
de íntima "vela", se hallan absolutamente libres de cualquier especie
de hipocresía, mojigatería, negación y devaluación de la vida". (...)
Polarización, luego transmutación...
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