Era la personificación de la juventud. Era la ayudante de los dioses: llenaba sus copas con néctar. Fue adorada en Atenas, donde tenía un altar en el Cinosargo, cerca del de Heracles. Su equivalente en la mitología romana era Juventas. Fue adorada desde época muy temprana, pues su capilla en el Capitolio existía antes de que se construyese el tempo de Júpiter.
El V. M. SAMAEL AUN WEOR previene a los jóvenes no dejarse hipnotizar de esta edad, por eso les dice: “Cuando uno está joven, se siente tan fascinado por su misma juventud, que llega a olvidarse de la vejez. Cuando al joven se le habla sobre la ancianidad, considera a esta última como algo demasiado lejano, por la cual, dice “no vale la pena preocuparse”. Sin embargo, los hechos son hechos: pasan los años rápidamente, cuando menos se piensa, y he aquí que llega la vejez... Algunos jóvenes se han entusiasmando por la Autorrealización Íntima del Ser; hay quienes han aceptado, con gusto, los Principios de la Revolución de la Conciencia, mas, fascinados por la juventud, sólo se han venido a acordar de hacer el trabajo sobre sí mismos en el atardecer de sus vidas, ya muy tarde. Entonces, es claro, no han podido concluir la Obra, han tenido que aplazarla para una existencia futura.”
“Si los jóvenes se propusieran de verdad aprovechar el tiempo, podrían realizar todo el Gran Trabajo en una misma existencia, aquí y ahora…”
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